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Sobreexplotación del Mar Argentino. Una problemática ignorada y desconocida

Actualizado: 20 sept 2022

Por Paloma Muñoz


La importancia del mar


El mar ofrece un sinfín de recursos para los seres humanos. Estos recursos marítimos son defendidos y resguardados por los Estados de acuerdo con sus capacidades y prioridades, en formas y niveles distintos, dando lugar a situaciones de cooperación o competencia. En vista de estos conflictos, y para mejorar el control y la administración sobre los recursos del mar, ha sido de suma importancia lo dictaminado por la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho de Mar (CONVEMAR en adelante). Firmada en 1982, la Convención, también llamada la Constitución de los Océanos, ha establecido un marco legal para todas las actividades marinas, en especial, ha fijado las normas para el aprovechamiento y la utilización de sus recursos, y ha establecido de forma precisa los derechos y áreas de soberanía de cada Estado. A continuación detallaremos para una mejor comprensión del problema las distintas áreas delimitadas por la Convención:

  • Línea de bajamares (imaginaria): punto del mar en bajamar.

  • Mar territorial: 12 millas desde la línea de bajamar las (23 km). Allí hay soberanía absoluta. Representa una extensión del Estado.

  • Zona contigua: 24 millas desde la línea de bajamar. Allí hay Jurisdicción. Permite aplicar tres tipos de control: sanitario, migratorio, fiscal/aduanero.

  • Zona eco exclusiva/mar patrimonial (ZEE): desde la línea de bajamar hasta las 200 millas. Allí hay soberanía económica sobre los recursos del mar (peces), lecho/suelo (Nódulo pol) y subsuelo (petróleo):

  • Alta Mar/La Zona: más allá de la ZEE, es decir, más allá de las 200 millas. Allí existe libertad de alta mar de navegación, sobrevuelo, tendío de cables, tuberías, pesca, investigación. Todo con fines pacíficos.

Teniendo en cuenta estos parámetros, analizaremos el caso argentino.

La extensa área marina argentina es de especial interés para otros Estados por su riqueza y posición estratégica. La superficie total de las jurisdicciones argentinas alcanza aproximadamente los 10.525.000 km2, siendo unos 3.770.000 km2 terrestres y otros 6.750.000 km2 marítimos. Sin embargo, Argentina mantiene un control y dominio efectivo sobre apenas el 20% de su jurisdicción marítima total. Pues no todos los grandes archipiélagos en el Atlántico Sur (Tierra del Fuego, Isla de los Estados, Malvinas, Georgias del Sur, Sándwich del Sur, Shetland del Sur, Orcadas) e islas menores, islotes y rocas se encuentran bajo una eficiente administración (FadARA, 2021).


Es más, los argentinos no poseemos conciencia marítima, poco conocemos de él, y casi no advertimos que podemos extraer importantes recursos alimenticios (pesca, crustáceos y algas), energéticos (eólica, mareomotriz, undimotriz – o de las olas-, térmica, etc.), hidrocarburos (petróleo, gas, carbón), minerales (metales como el manganeso), turismo, deporte etc. Por esta razón, entre otras, es que nuestros espacios se ven desprotegidos y depredados por otras naciones – de hecho, la Patagonia constituye la frontera más desprotegida del país (Koutoudjian, 2020).


El conflicto


Pesca ilegal y depredación en el Atlántico Sur


El Atlántico Sur, o el océano de la mundialización, está sumamente desprotegido y desregulado. En consecuencia, los agentes de la Prefectura Naval Argentina se baten a duelo con los cientos de buques pesqueros que cruzan el límite de las 200 millas (320km) e ingresan a la zona económica exclusiva de pesca argentina. Estos buques se concentran y faenan principalmente en la zona denominada como "el Agujero Azul", un área que constituye un oasis de la biodiversidad oceánica localizada más allá de la ZEE, en aguas internacionales que limitan con las nacionales. Sus aguas reposan sobre la plataforma continental argentina, por lo que tiene áreas no tan profundas en las cuales todavía hay luz, lo que permite la existencia de suelos ricos en algas y otras plantas marinas, importantes para el resto de la cadena alimenticia. Es tal la cantidad de buques que se concentran sobre la zona que por la noche se asemejan a una ciudad flotante (El País, 2018). Para alcanzar su objetivo utilizan técnicas muy destructivas, sin considerar temporadas. Arrasan con todo lo que hay en el fondo marino bajo la técnica del arrastre, que consiste en rastrillar el fondo marino con un saco de red y el objetivo es capturar peces, crustáceos y moluscos.


Sin embargo, aunque el ecosistema marino argentino sufre las consecuencias de la depredación, el Gobierno no puede actuar en aguas internacionales (más allá de las 200 millas marinas). Pescar allí es legal, incluso si gran parte de los buques incumplen normativas ambientales, laborales y sanitarias. Frente a esta situación, son muchos los empresarios que presentan quejas: "Los que pescamos dentro de la ZEE estamos sujetos a regulaciones estrictas, mientras que los que están en el límite no cumplen normas y vuelcan al mercado pescado y mariscos a precios más bajos” (Foro ambiental, 2018).


Consecuencias: Pérdidas millonarias


Además del daño ocasionado al ecosistema marino de la región, esta pesca ilegal y no regulada constituye cada año pérdidas económicas de magnitud millonaria. Si bien no hay datos o reportes concretos, se estima que Argentina pierde unos 2.500 millones de dólares en mercadería no declarada. Es más, en este país con fama mundial por su carne roja, las exportaciones de pescados y mariscos superan desde hace unos años a las de carne. (Infocampo, 2018). De esta forma, los recursos marinos se vuelven una fuente de ingresos digna de protección.


Preservación y explotación del medio: una fórmula aún desconocida


Toda la actividad alrededor del mar genera un gran movimiento económico: la pesca afecta laboralmente a más de 15 millones de personas (Godio, 2014). Sin embargo, es una actividad que no rinde plenamente debido a la constante e irresponsable sobreexplotación y pesca ilegal. Esto se debe, en gran medida, al fracaso de los Estados ribereños en desarrollar una administración pesquera efectiva.


Particularmente, el Mar Argentino constituye un área muy prometedora y de sumo interés para las demás naciones por la presencia comprobada de hidrocarburos, sus pasos interoceánicos con el Pacífico, sus costas con escasa densidad poblacional, su riqueza en alimentos, etc. El gobierno argentino es consciente de la depredación que ejercen, principalmente, buques surcoreanos, españoles y chinos. Sin embargo, no posee los medios para ejercer un control efectivo sobre su vasta extensión marítima. De todas formas, más allá del presupuesto y de los recursos destinados a la defensa de nuestra extensión marina, las disputas territoriales se dirimen no sólo por el poder nacional desarrollado, sino, sobre todo, por medio de las voluntades de los gobiernos y sus pueblos. Es necesario un Gobierno conocedor de su territorio y con la voluntad necesaria para defenderlo; también, es imprescindible un pueblo educado y consciente que apoye la causa. Asimismo, es preciso desarrollar una política de Estado, específicamente, una estrategia oceánica de largo plazo y en todos los planos, ya que el control del mar no consiste sólo en el patrullaje militar, sino también en su exploración, estudio, y cuidado.


Sin dudas, se trata de una situación muy compleja. La idea de restringir la explotación pesquera no sólo supone una importante pérdida económica, sino también un probable conflicto social: la pesca es una importantísima proveedora de alimentos que ha abastecido a una población en constante crecimiento. Esto mismo hace imprescindible que encontremos una fórmula para continuar utilizando los recursos oceánicos sin que peligre el futuro de los mismos y, por ende, el futuro de las próximas generaciones.


Bibliografía


Barreiro, R. (2019). El mar argentino, víctima de la sobrepesca. El País. Recuperado de: https://elpais.com/sociedad/2019/11/04/actualidad/1572896104_276519.html


Centenera, M. (2018). Argentina lucha para proteger la mina de oro de sus recursos pesqueros. El País. Recuperado de: https://elpais.com/internacional/2018/02/09/argentina/1518200461_445303.html#?rel=mas


De Jorge, C. A., Pellicer, D.C. (2020). Geografía política y económica latinoamericana y argentina: método sintético para encarar su análisis y estudio. Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Educa, 2020.


Facultad de la Armada. Universidad de la Defensa Nacional. (2021). Los intereses marítimos argentinos y el poder naval para su defensa. Recuperado de: https://www.linkedin.com/posts/fadara-undef_reflexiones-sobre-los-intereses-mar%C3%ADtimos-ugcPost-6849005883272302592-s6Us/


Foro Ambiental. (2018). Sobreexplotación pesquera en el Atlántico Sur. Recuperado de: https://www.foroambiental.net/sobreexplotacion-pesquera-atlantico-sur/


Godio, L. M. A. (2014). Problemas actuales vinculados a la pesca marítima. La situación de Argentina. Revista de Derecho Ambiental de la Universidad de Palermo, 3(1), 75-130. Recuperado de: https://www.palermo.edu/derecho/pdf/DA_N4_03.pdf


Godio, L. M. A. (2018). El control de la pesca ilegal y el uso de la fuerza por el Estado ribereño. Reflexiones al reciente Protocolo de Actuación para Unidades de Superficies ante la Detección de Buques Pesqueros Extranjeros. El Derecho, Universidad Católica Argentina, 278. Recuperado de: https://repositorio.uca.edu.ar/bitstream/123456789/8571/1/control-pesca-ilegal-uso.pdf


Hernández, J. (2018). Argentina exporta más pescado que carne. Infocampo. Recuperado de: https://www.infocampo.com.ar/argentina-exporta-mas-pescado-que-carne/


Koutoudjian, A. (2020). Geopolítica del Mar Argentino. Boletín del Centro Naval, 853, 46-55. Recuperado de: https://www.centronaval.org.ar/boletin/BCN853/853-KOUTOUDJIAN.pdf


Editado por Candela Silva Carrera.



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