Por Valentina Salovich
La disciplina de las relaciones internacionales se enfocó mayormente en temáticas
de conflictos y seguridad, dejando de lado asuntos como el medio ambiente. La teoría
verde se podría ver como un paradigma (al igual que las Empresas B), ya que arribó al
campo académico tiempo después que las escuelas tradicionales, como el realismo y
liberalismo, pusieron en duda y redefinieron los conceptos y discursos centrales de la
política global y de las relaciones internacionales por nociones de seguridad ecológica, justicia ambiental y desarrollo sustentable.

Uno de los puntos más relevantes que trae la teoría verde es la concepción de
extensión de derechos, es decir, que los seres humanos no deberían ser el único
centro de valor sino extenderse hacia las nociones de futuras generaciones, la naturaleza e incluso las especies no humanas (esto sucedería debido a la naturaleza transnacional de los riesgos medioambientales). Esta comunidad ampliada es denominada “biosfera” y, como menciona la profesora y académica Robyn Eckersley, es el centro de valor del cual deberíamos partir y replantear los límites de la soberanía. Dejando el antropocentrismo liberal —idea de que los humanos y la naturaleza son esferas separadas y distintas— y centrándonos en una moralidad ecocéntrica, distinguiendo que la biosfera como centro de valor es la que motiva todo accionar político, podríamos llegar a expandir nuestra conciencia de “ciudadanos de cada estado” a “ciudadanos del mundo”. Al hacer esto, los individuos, toman responsabilidad del impacto de su accionar a nivel global y son jueces del accionar de terceros, protegiendo los derechos de la biosfera. En otras palabras, se vuelven defensores del planeta y todos los seres vivos.
Las Empresas B, son un ejemplo de cómo desde el ámbito empresarial, ámbito
sumamente antropocéntrico, debido a las condiciones de emergencia climática que
estamos viviendo, acompañan el nuevo entendimiento de moralidad ecocéntrica. Es un paso crucial que en el mundo capitalista en el que vivimos, las empresas sean parte de esta transición hacia un presente más consciente y empático, tanto con la naturaleza como con las generaciones futuras y las especies no humanas. El medioambiente es hogar de todas las criaturas vivientes y por mucho tiempo el ser humano vivió bajo la creencia de que el mundo no-humano solo es valioso debido a su uso instrumental para los humanos. Las Empresas B son un gran avance dado que acompañan la conciencia inclusiva medioambiental que llegó tanto a la sociedad como al ámbito académico y ahora, por fin, al económico.
Bibliografía
Eckersley, Robyn (2013): Green Theory. En International Relations Theories: Discipline and Diversity, 3ra edición, editada por Tim Dunne, Milja Kurki y Steve Smith. Oxford: Oxford University Press: 266-286.
Edición Lucia Chico