Por Muriel Otero Treacey
Cada vez más se escucha mencionar a los “refugiados climáticos” y el desafío al que se enfrentará la comunidad internacional en el futuro a causa de éstos. Pero, ¿quiénes son estas personas y por qué el crecimiento de esa población en el futuro parece ya inevitable?
Actualmente, el derecho internacional no reconoce los efectos del cambio climático como una causa legítima para acceder al estatus de persona refugiada. Se habla sobre todo de “personas desplazadas en el contexto de desastres y cambio climático”, porque los desplazamientos asociados a estas causas mayormente ocurren, por el momento, al interior de los países.
Sin embargo, a medida que los efectos del cambio climático sobre los territorios y los medios de vida de las personas se vuelven más graves y frecuentes, ¿no se torna cada vez más urgente preguntarse si es necesario un nuevo status que reconozca los derechos fundamentales de estas personas?
¿Cómo incide el cambio climático en los movimientos migratorios?
De acuerdo con el Centro de Monitoreo de Desplazamiento Interno, en 2019 sucedieron alrededor de 25 millones de nuevos desplazamientos, solamente a causa de desastres naturales. Y todavía no se han medido los desplazamientos causados indirectamente por el cambio climático, relacionados a consecuencias de mediano y largo plazo que describo brevemente a continuación.
Para comenzar, hay que aclarar que el cambio climático no provoca solamente, como muchos creen, mayores temperaturas. Si bien se trata de aumento de la temperatura promedio global (teniendo como referencia los niveles preindustriales), ese incremento ocasiona un gran desequilibrio en el sistema climático del planeta, lo que ocasiona una multiplicidad de efectos adversos.
Según uno de los últimos reportes del IPCC, el cambio climático ya ha aumentado la frecuencia e intensidad de eventos como las altas temperaturas extremas, las olas de calor marinas, las fuertes precipitaciones, las sequías agrícolas y ecológicas, la proporción de ciclones tropicales y la reducción del hielo marino, capa de nieve y permafrost del Ártico, elevando consecuentemente el nivel del mar.

Por otro lado, la crisis climática que atravesamos es una crisis multifacética, por lo que no repercute solamente sobre el ambiente físico, sino que es también el origen y factor exacerbante de desigualdades y conflictos sociales. Por ejemplo, un informe de 2021 del Banco Mundial señala que “el cambio climático podría modificar las circunstancias sociales, económicas y en materia de medios de subsistencia de diversas maneras, que obligarían a las personas a migrar en situaciones de emergencia”.
Para entender la relación entre el cambio climático y las migraciones hay que tener en cuenta tres variables fundamentales. Primero, a aquellos efectos del cambio climático que afectan directamente al ambiente donde habitan las personas, y que son y serán la causa de futuros movimientos migratorios. Consideremos, por ejemplo, el aumento del nivel del mar, que constituye un desafío existencial para los habitantes de territorios isleños y costeros. Hemos alcanzado el punto en que medio grado de temperatura más marcaría la diferencia entre la supervivencia y la desaparición de muchos países isleños. Otro caso es el de aquellas regiones proclives a sufrir graves sequías que amenacen la producción de cultivos que constituyen tanto la fuente de alimentación de sus respectivas poblaciones, como de sus ingresos económicos.
La segunda variable se relaciona con las condiciones sociales y económicas generadas por la crisis climática. Para comprender esta relación se debe tener en cuenta que los principales damnificados son las poblaciones más pobres en los países en desarrollo. En esas regiones, las consecuencias del cambio climático amenazan con profundizar el ciclo de pobreza en el cual se encuentra atrapada una gran parte de la población; es en ese segmento donde se ubica la mayoría de las personas desplazadas y refugiadas a nivel mundial.
En efecto, el cambio climático afecta sobre todo a personas en situación de pobreza y vulnerabilidad debido a la falta de recursos para poder implementar acciones de mitigación y de adaptación climática. Según el Banco Mundial, con 2°C grados de calentamiento, entre 100 y 400 millones de personas más estarán en riesgo de pasar hambre y entre 1000 y 2000 millones ya no tendrán suficiente agua. La escasez de agua y de alimentos, que afecta primeramente a aquellas regiones donde existe ya una escasez de esos recursos, deriva al mismo tiempo en un aumento de la inseguridad alimentaria, la desnutrición y la presencia de enfermedades ligadas a esas condiciones.
Asimismo, el incremento de inundaciones, derrumbes y desastres naturales vuelve especialmente vulnerables a aquellas personas que habitan en viviendas precarias. De acuerdo al economista y ex director del PNUD Kemal Dervis, el cambio climático provocará efectos devastadores para los pobres del mundo, debido tanto a su situación geográfica como a sus bajos ingresos.
Un caso que permite comprobar esa relación es el Sahel, una región ecoclimática en forma de cinturón que recorre de este a oeste el continente africano. A causa del cambio climático, esta región atraviesa hace décadas un proceso de desertificación, esto es, una reducción progresiva de la productividad biológica de las tierras áridas y semiáridas. Este proceso repercutió en más frecuentes y extremas sequías, inundaciones, plagas y en la reducción de zonas de cultivo, en una región donde, de acuerdo a Acción contra el Hambre, más del 90% de los habitantes depende de la agricultura de subsistencia. En consecuencia, se produjo en los últimos años un aumento de la inseguridad alimentaria, de las epidemias, de la pobreza y de la crisis social.
Lo cual nos lleva a la tercera y última variable: el aumento de la violencia y los conflictos. Las crisis alimentaria deviene una crisis humanitaria, que se torna un campo de cultivo para fenómenos como el aumento de la violencia, los conflictos armados y la radicalización de la población. Esto sucede debido a que el cambio climático exacerba las desigualdades preexistentes así como factores tales como la exclusión social, la degradación del medio ambiente, las tensiones en torno a la gestión de recursos escasos y los riesgos económicos. Todo ello puede derivar finalmente en un conflicto armado, sugiere un informe reciente de la Cruz Roja.
En resumen, nos encontramos frente al siguiente escenario: el cambio climático y sus efectos amenazan con destruir directamente los medios de vida de diversas poblaciones; este fenómeno afecta sobre todo a las regiones más pobres del mundo, empeorando las condiciones de vida de estas poblaciones; y, finalmente, la agudización de estas condiciones aumenta la posibilidad de que se recurra a la violencia.
Conclusión
La reducción de la cantidad de desplazamientos forzados a causa de motivos ligados a la emergencia climática depende de los esfuerzos que hagan los países para reducir sus emisiones totales en los próximos años, y en general de las acciones de mitigación y adaptación al cambio climático. Sin embargo, a la luz de lo hecho por los gobiernos hasta ahora, y de los compromisos existentes, es probable que los movimientos migratorios aumenten, hacia el interior de los países como más allá de sus fronteras.
Ante esta realidad, es necesario modificar y ampliar el alcance de las normas de protección de derechos humanos de los migrantes y refugiados para asegurar que los derechos más básicos de las personas sean exigibles y puedan garantizarse de cara a futuros climáticos cada vez más rigurosos.
Por Muriel Otero Treacey. Tesista de Relaciones Internacionales (USAL) y estudiante de Periodismo (UP). Miembro del CEERI Jóven.
Fuentes
● IPCC, 2021: Summary for Policymakers. In: Climate Change 2021: The Physical Science Basis. Contribution of Working Group I to the Sixth Assessment Report of the Intergovernmental Panel on Climate Change [Masson-Delmotte, V., P. Zhai, A. Pirani, S.L. Connors, C. Péan, S. Berger, N. Caud, Y. Chen, L. Goldfarb, M.I. Gomis, M. Huang, K. Leitzell, E. Lonnoy, J.B.R. Matthews, T.K. Maycock, T. Waterfield, O. Yelekçi, R. Yu, and B. Zhou (eds.)]. In Press.
● Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (2021). Informe sobre la Brecha de Emisiones 2021. La calefacción está encendida: un mundo de compromisos climáticos aún por cumplirse. Resumen ejecutivo. Nairobi.
● Clement, Viviane, Kanta Kumari Rigaud, Alex de Sherbinin, Bryan Jones, Susana Adamo, Jacob Schewe, Nian Sadiq y Elham Shabahat (2021), Groundswell Parte 2: Actuar frente a la migración interna provocada por impactos climáticos, Washington, DC, Banco Mundial.
● Noticias ONU. 14 de septiembre de 2021. El cambio climático puede provocar 216 millones de desplazados en el año 2050. Recuperado de: https://news.un.org/es/story/2021/09/1496712
● Acción contra el Hambre. Recuperado de: https://www.accioncontraelhambre.org/es/crisis_sahel_mapa#:~:text=El%20conflicto%2C%20la%20inseguridad%20alimentaria,los%20principales%20impulsores%20de%20las.
● Comité Internacional de la Cruz Roja. Cuando la lluvia se convierte en polvo: comprender y abordar el impacto combinado de los conflictos armados y la crisis climática y ambiental en la vida de las personas. Recuperado de :https://shop.icrc.org/download/ebook?sku=4487/003-ebook
● Noticias ONU. 21 de junio de 2019. Hacia el apartheid climático. Recuperado de: https://news.un.org/es/story/2019/06/1458411
● Kemal Dervis. La devastación de los pobres del mundo: El cambio climático amenaza los avances logrados en materia de desarrollo. Recuperado de:https://www.un.org/en/chronicle/article/devastating-worlds-poor-climate-change-threatens-development-gains-already-achieved
● Centro de Monitoreo de Desplazamiento Interno. Informe mundial sobre desplazamiento interno 2020. Recuperado de: https://www.internal-displacement.org/global-report/grid2020/spanish.html