Por Matias Joel Krump

Se aproximan las elecciones generales en Brasil y las consultoras ya comienzan a esbozar los resultados según sus encuestas. Tanto sus ciudadanos y ciudadanas como los Estados alrededor del mundo, se encuentran a la espera una vez finalizada la segunda vuelta de votaciones el domingo 30 de octubre de este año. Tras ello, la atención se enfoca en el posible curso determinado por la fórmula vencedora y lo que implicaría para la política exterior.
Dentro del conjunto de postulantes, dos nombres son los que resuenan y se ubican a la cabeza de las encuestas1: Luiz Ignácio Lula da Silva y Jair Messias Bolsonaro, pudiéndose afirmar que el debate gira en torno al cambio o la continuidad, entre la izquierda y la ultraderecha. Se presenta aquí, un análisis en base a las gestiones presidenciales en política exterior de ambos mandatarios y sus lineamientos, junto con una mirada hacia las problemáticas actuales de la agenda internacional que esperan ser resueltas. Este análisis se basa en el gobierno de Lula durante el período 2003 a 2011 y, en el gobierno actual de Bolsonaro (2019 – 2022) respectivamente, a través de tres ejes: comercio, geopolítica y condicionantes externos.
YO DIGO UNASUR Y TÚ DICES PROSUR; YO DIGO MERCOSUR Y TÚ DICES ESTADOS UNIDOS.
A grosso modo, podríamos afirmar que, si se produjera un debate acerca de la conducción del global player, ése sería el eje central de la discusión de Lula hacia Bolsonaro; es decir, aquellas herramientas empleadas a través del Itamaraty para la consecución de diversos fines. De esta manera, se presentan aquellas herramientas de ambos, respecto de algunos tópicos considerados de mayor relevancia.
COMERCIO
Cuando hablamos de Lula da Silva, es imprescindible tener en consideración el contexto en el que se enmarcó su estrategia durante el período 2003 – 2011. Para ese entonces, América del Sur se caracterizaba por lo que Perrota denominó como Regionalismo post-liberal2. Es decir, por: (a) un fuerte distanciamiento con las políticas de libre mercado y privatizaciones; (b) la primacía de la agenda política en comparación con la económica y comercial. Un ejemplo de esto fue la creación de instituciones como la Unasur-; y (c) la visión de un Estado fuerte como motor principal del desarrollo de la economía.
Por lo cual, Lula asignó como herramienta principal del comercio al Mercosur y la región sudamericana, mediante los cuales desempeñaría sus relaciones comerciales intra y extrarregionales. Tenemos como ejemplos extrarregionales la Cumbre América del Sur-África (ASA) y la Cumbre América del Sur-Países Árabes (ASPA). En el ámbito regional podemos mencionar el Banco Nacional de Desarrollo Social (BNDES), asignada en 2004 la misión de fomentar la integración regional permitiendo la expansión de mercados y del comercio.
Al hablar del contexto correspondiente al mandato presidencial de Bolsonaro, nos referimos a tiempos un tanto más sofisticados y complejos. Primeramente, podemos mencionar los vacíos de poder generados por el retroceso de Estados Unidos de algunos espacios –por ejemplo, la retirada de EE.UU. del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP)3, cediendo su lugar de influencia y ocasionando una difusión del poder, abriendo camino y relevancia a otras instituciones como el BRICS, G20, etc.4
Segundo, se atravesó la consolidación de la cuarta revolución industrial5, cuyo crecimiento exponencial favoreció a los Estados desarrollados con acceso a la alta tecnología y, ralentizó el crecimiento de potencias emergentes exportadoras de commodities.6
Por último, podemos mencionar la génesis de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, un mayor acercamiento de Alemania y Francia con Rusia, y el refuerzo de lazos entre China y Rusia. Bajo estos condicionantes se inscribe la gestión de Bolsonaro, en un contexto internacional de mucha incertidumbre, oportunidades y espejismos, cuya característica principal de este nuevo orden es la transición. En síntesis, las herramientas empleadas por Bolsonaro en la dirección del comercio se abocaron mayormente en el bilateralismo respecto de las relaciones extrarregionales con: China, Estados Unidos, Países Bajos e Israel7, como así también –en menor medida- en el BRICS. Respecto de la región sudamericana –a pesar de sus discursos anti regionales-, Bolsonaro optó por mantener relaciones comerciales con el Prosur en su conjunto.
GEOPOLÍTICA
Para el año 1994 se concretaba el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN/NAFTA) entre Canadá, Estados Unidos y México, lo que significó para Brasil un replanteamiento respecto de la integración regional. Se consideró de esta manera que el concepto de América Latina ya no era operacional para los objetivos brasileños. A partir de estas reglas de juego establecidas en el nuevo orden internacional, Lula identificó que los esfuerzos en materia de integración regional, política e ideológica, debían centrarse en América del Sur – mediante una estrategia de cooperación Sur-Sur-; además, buscó crear una mayor autonomía en aquellos espacios extrarregionales en los que participan los grandes centros de poder internacional, como Estados Unidos.
En vistas de la integración regional y búsqueda de posicionamiento como global player, Lula basó su geopolítica mediante la participación de Brasil en la Unasur, cuyo objetivo se basa en construir un espacio de integración y unión en lo cultural, social y económico y político entre sus Estados participantes, otorgando prioridad al diálogo político, las políticas sociales, la educación, energía, etc., con la finalidad de contribuir a eliminar la desigualdad socioeconómica, lograr la inclusión social, fortalecer la democracia, entre otros.8
Por otro lado, Lula buscó un mayor liderazgo de las potencias medianas (Brasil, India, Sudáfrica, Rusia, China) en los foros internacionales para obtener una mejor representación de los intereses del Sur en el mundo e impedir la consolidación del ALCA impulsado por EE.UU. Sobre esta línea, podemos vislumbrar que el panorama Lulista se enfocó en el Sur Global, articulando una política “activa y altiva” a través del soft power y una diplomacia presidencial.9
En el año 2017, asume el mandato presidencial de Estados Unidos el republicano Donald Trump, cuya imagen pasará a ser el ícono, rector e inspirativo, de Bolsonaro.
Dado que el mandato de Bolsonaro se caracterizó por el retroceso del multilateralismo en favor del bilateralismo, su relación con EE. UU. Y Trump se convirtió en inspiración para la política exterior de Brasil. Ambos países compartieron: desinterés por las cuestiones ambientales y la negación del cambio climático, enemistad con China y aislacionismo respecto de esquemas regionales e internacionales.
CONDICIONANTES EXTERNOS. LA ETERNA SUCESIÓN.
Como sostiene Doval (2019), en Brasil se alternaron tradicionalmente dos modelos de política externa: el modelo liberal autónomo y el modelo liberal asociado. Para el primer modelo, el Estado posee el control del proceso de desarrollo, empleando una estrategia que evite ser manejado desde afuera. Tanto el alineamiento, como las alianzas, puestas en práctica son un medio para obtener beneficios; por ello, la cooperación Sur-Sur sería el mejor medio de aumentar los márgenes de negociación para cambiar las reglas del juego en el orden internacional. Modelo propiamente utilizado por Lula da Silva.
En el segundo modelo, el liberal asociado, las relaciones preferenciales se establecen con los norteamericanos, posibilitando un mayor acceso a su mercado, atracción de sus capitales y su apoyo en las negociaciones con las instituciones económicas internacionales. A partir de ello, el objetivo se focaliza en un desarrollo asociado con el capital extranjero, que acepta pasivamente las reglas establecidas por las estructuras hegemónicas del capitalismo. Este sería el modelo aplicado por Bolsonaro. BOLSONARO. MÁS CAMBIO QUE CONTINUIDAD.
El triunfo electoral de Bolsonaro creó grandes inquietudes tanto, al interior del país - en sectores sociales y políticos -, como al exterior. Particularmente en el mundo, la preocupación se concentró en el reacomodo de las relaciones bilaterales, el futuro de la integración regional y el posicionamiento en foros multilaterales.
La política exterior de Bolsonaro finalmente se basó en: la adyacencia con Estados Unidos en desmedro de América del Sur; el distanciamiento de los esquemas regionales, definido como desamericanización10 y desglobalización11; y, una aversión generalizada hacia China.
Quedando así planteado el principal dilema por el cual toda la política exterior brasileña se vería condicionada y modificada a lo largo de la gestión de Bolsonaro. Hablamos del “dilema de la ideología y el utilitarismo”.
Al comienzo de su mandato, Bolsonaro adoptó un posicionamiento ideológico-discursivo, caracterizado por el acercamiento incondicional y el ferviente apoyo a Estados Unidos – esta acción hizo que algunos analistas lo llamaran “el Trump tropical”12-. Un ejemplo de esto, fue la elección de Estados Unidos como primer destino presidencial, mientras que generalmente, se comenzaba por su vecino más próximo, Argentina.
En relación al distanciamiento con los países vecinos Frenkel (2018) señaló que esta postura de Bolsonaro implicó una desamericanización aggiornada, que entendía a la región como un ambiente que atenta contra valores esenciales de la sociedad, como la libertad, el libre mercado y la familia. En consecuencia, yacen las críticas al Mercosur como un bloque ideologizado y restrictivo del cual es mejor librarse.
Por otro lado, respecto de la desglobalización, podemos traer a memoria el discurso del Embajador Ernesto Araújo en el acto de toma de posesión como Ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, donde postulaba que, el pueblo brasileño debe bucear en el océano del sentimiento y la esperanza nacional, y no debe bucear en esa piscina sin agua que es el orden global, dado que el Itamaraty existe para Brasil y no para el orden global13. Como consecuencia, la postura del actual mandatario se antepone a las anteriores dado que, las agendas en defensa del multilateralismo y la lucha contra el cambio climático, por ejemplo, han sido los pilares de la política exterior de Brasil en las últimas décadas.
En el tercer y último punto, encontramos esta aversión hacia China. Si bien las relaciones con el gigante asiático se encontraban en un relativo y gradual declive desde la presidencia de Rousseff – momento en que se produjo el cambio de énfasis de un socio político estratégico a uno sólo comercial y de inversiones-14, con Bolsonaro comienza a tomar un aspecto aún más diferenciado, caracterizado por la ambigüedad. Podemos afirmar que esta nace justamente del propio dilema bolsonarista que en las siguientes líneas será esbozado.
EL DILEMA BOLSONARISTA: “IDEOLOGÍA O UTILITARISMO”.

Cuando hablamos de ideología, nos referimos a un conjunto de ideas fundamentales que caracteriza el pensamiento de una persona, colectividad o época, de un movimiento cultural, religioso o político. (RAE, 2021). Por otra parte, cuando hablamos de utilitarismo nos referimos a la filosofía propuesta por Jeremy Bentham, la cual considera que es bueno aquello que es útil para un mayor número de personas, identificando la felicidad con el placer y la ausencia de dolor15. Para esclarecer aún más, podríamos decir que para Bolsonaro se trató de tomar aquellas elecciones definitivas que fueran de mayor utilidad y conveniencia para el Estado y sus ciudadanos, poniendo repetidas veces en tela de juicio una elección ideológica y una contrapuesta, pero de mayor beneficio.
Así es como podemos introducir el diseño estratégico, para el global player, de Jair Messias Bolsonaro desde el ámbito de su ideología. Si bien, mucho se ha hablado al sobre abandonar la ideología compartida por las gestiones anteriores de izquierda, es a partir de este punto donde nace su pensamiento, es decir, la desideologización izquierdista y el americanismo matizado.
A grandes rasgos, toda aquella impronta en la política exterior brasilera, construida y trabajada a lo largo de los últimos dos decenios -como el multilateralismo, la integración regional, la ideología compartida, y la asunción de responsabilidad regional, entre otros-, fue reemplazada por sus contrapuestos y un alineamiento pro estadounidense.
Paralelamente, nos encontramos ante el segundo componente endógeno condicionante de su política exterior. Hablamos del principio utilitarista, el cual podría ser el causante directo de la mayoría de las decisiones finales tomadas por Bolsonaro. Y es que, no siempre, una ideología impartida pueda ser lo más conveniente –o útil- a seguir frente a diversos escenarios.
Considerando los discursos iniciales del mandato de Bolsonaro y habiendo analizado el dilema propuesto, podemos abordar algunas de sus acciones características en la gestión de política exterior. Uno de los primeros casos lo podemos analizar en su inclinación hacia Estados Unidos –americanismo-, confirmándolo a través de su primera visita presidencial a su homólogo Donald Trump. En dicha ocasión hablaron sobre diversos temas de agenda a seguir, entre los cuales, se encontraba su preocupación por la expansión del socialismo; sin embargo, Trump planteaba la posibilidad de una intervención en Venezuela, mientras que Bolsonaro lo descartó de plano, inclinándose por una solución pacífica, a través de un seguimiento y acompañamiento a la oposición venezolana en el Grupo de Lima. En esta primera instancia, si bien la política exterior se complementaba con la ideología de una inclinación indudable a EE.UU., observamos que finalmente, para evitar mayor tensión en la región, optó por una posición moderada.
Lejos de oponerse a la propuesta norteamericana, Bolsonaro se alineó ideológicamente, sin comprometerse en la praxis, con una vía militar que podría haber significado la ruptura de vínculos con los países vecinos
Otro de los casos tomado como ejemplo es el de las relaciones sino-brasileñas. En febrero de 2018, en una gira por el este de Asia –Japón y Corea del Sur-, Bolsonaro se convirtió en el primer candidato presidencial en visitar Taiwán, considerada por China como una provincia separatista. Esta acción constituye una violación al principio de una sola China.
A su vez, en sus primeros discursos criticó a China y a todos los regímenes asociados con el comunismo, calificándolos de “dictadores internacionales” 16. Si bien estas acciones generaron tensión entre ambos Estados, el utilitarismo se avizoró con la visita de Bolsonaro al presidente chino Xi Jinping en Pekín el 25 de octubre de 2019, cuyo viaje culminó con la suscripción de 25 acuerdos en las áreas de política, ciencia, tecnología, educación, economía, comercio, energía y agricultura. Exponiéndolo como “un mar de oportunidades”.17
A pesar de los cambios y las rupturas que pueden preverse en la asociación estratégica sino-brasileña bajo el gobierno de Bolsonaro, la interdependencia económica –China es el primer socio comercial de Brasil y con un superávit a favor de la última-, seguirá predominando en las agendas de sus políticas exteriores.
Como último caso puesto en evidencia, abordaremos las cuestiones de América del Sur y la deforestación del Amazonas. Inicialmente, ya podíamos prever en los discursos la abierta afirmación por parte del ministro de Hacienda, Paulo Guedes, que América del Sur no se encontraría entre sus prioridades de agenda (BBC Mundo, 2019). Con lo cual podemos desprender una serie de inferencias respecto de esta directriz. En primer lugar, este movimiento implicaría una ruptura y abandono de su responsabilidad como actor y referente regional, una pérdida relativa de su influencia intra y extra latinoamericana y, la pérdida de espacios comerciales en el Cono Sur. Como bien se mencionó, todo esto constituye su fase ideológica, algo diferente de la acción posterior influida posiblemente por su utilitarismo. En este sentido podemos ver que, a pesar de su aparente desinterés por América del Sur, encontramos otro tipo de acciones. Tal es el caso del ingreso de Brasil al Foro para el Progreso de América del Sur (PROSUR), como también, la firma del tan esperado acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea –actualmente a la espera de la aprobación parlamentaria occidental y bajo serias dudas a causa de la deforestación y controversia climática del Amazonas-.
Finalmente, parte de sus discursos iniciales estuvieron dirigidos hacia un favorecimiento e impulso del agronegocio –eje del desarrollo económico brasileño-, la minería y grandes obras de infraestructura, que pretendieron el cese de políticas de demarcación de tierras indígenas y de protección de áreas naturales.18
En esta línea, también encontramos los intentos por parte de Bolsonaro de abandonar el Acuerdo de París sobre el cambio climático19, aún sin respuesta. Una vez dada luz verde a la deforestación en el Amazonas, se desató una gran movilización mediática internacional y la preocupación junto con posibles sanciones comerciales por parte de Estados Unidos y la Unión Europea, con el propósito de suspender toda deforestación en el pulmón del mundo. Aún con la imagen negativa conseguida, el bautizado “villano ambiental”20-, prometió proteger el Amazonas, mediante la ayuda internacional, lo que podría caracterizarse como utilitarismo.
A la par de estos componentes, la política exterior Bolsonarista se vio altamente comprometida una vez asumida la Presidencia de Joe Biden dado que, en resumidas cuentas, no comparten los mismos puntos de agenda exterior, ideologías ni valores. Debido a este cambio, las presiones dentro del gobierno se hicieron notar por parte de los aliados políticos de Bolsonaro, cuyo resultado culminó con la renuncia del Ministro de Relaciones Exteriores Ernesto Araújo, entre otros, y la consecuente reforma de algunos ministerios; entre ellos, el de Relaciones Exteriores ahora a cargo del embajador Carlos Alberto Franco.21 A causa de ello, la elección del nuevo canciller expresa un cambio de rumbo en política exterior.
Podemos concluir que, a pesar de los logros obtenidos por ambos mandatarios, en estas próximas elecciones sea una ideología u otra la que se quede en el poder –al igual que las prioridades geográficas-, hay mucho terreno por recuperar, restaurar y conquistar. Son varios los temas de agenda internacional que se encuentran a la espera de una solución, por mencionar algunos, incremento del comercio internacional, compromiso con la integración regional sudamericana como un fin en sí mismo y administración del liderazgo, una relación moderada con Estados Unidos y mayor atención hacia el resto de los Estados y oportunidades, priorización del multilateralismo, etc.
Esta vez no es Woodrow Wilson, sino, el Barón de Río Branco José Maria da Silva Paranhos, quien aguarda ver el norte sobre sus designios para el Itamaraty.
NOTAS
1. G1. (2021). Lula tem 48% das intenções de voto para presidente; Bolsonaro tem 21%, diz Ipec. Recuperado de: https://g1.globo.com/politica/noticia/2021/12/14/lula-tem-48percent-das-intencoes-de-voto-para-presidente-bolsonaro-tem-21percent-diz-ipec.ghtml
2. Perrota, Daniela. La integración regional como objeto de estudio. De las teorías tradicionales a los enfoques actuales. Ob. Cit. (Pp. 197-252).
3. Este organismo está formado por 12 países que representan el 40% de la economía mundial y casi un tercio de todo el flujo del comercio internacional
4. BBC Mundo. (2017). Donald Trump retira a Estados Unidos del TPP, el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica. Recuperado de: https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-38723381
5. La revolución 4.0 se refiere a una nueva fase que se enfoca en gran medida en la interconectividad, la automatización, el aprendizaje automatizado y los datos en tiempo real para crear un ecosistema más holístico y mejor conectado para las compañías que se enfocan en la manufactura y la administración de la cadena de suministro.
6. De Prado Vila, Roberto. (2019). Consecuencias económicas y sociales de la cuarta revolución industrial y estrategias pensadas para la adaptación de la actividad económica. Recuperado de: http://www.scielo.org.bo/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2306-86712019000100010
7. World Integrate Trade Solution. Exportaciones e importaciones de Brasil por año. Recuperado de: https://wits.worldbank.org/CountryProfile/es/Country/BRA/Year/2019/SummaryText
8. Secretaría Permanente del SELA. (2015). Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR). Relaciones Intrarregionales. (P.3).
9. Considerada esta como una negociación directa entre presidentes para cada ocasión en que se requiere tomar una decisión trascendental
10. Originada en la época del Imperio, esta idea propone un distanciamiento de Brasil de la región.
11. La desglobalización es el proceso de disminución de la interdependencia y la integración entre ciertas unidades en todo el mundo, por lo general en los estados-nación.
12. France24. (2020). Victoria de Biden marca un revés para Bolsonaro, el “Trump tropical” de Brasil. Recuperado de: https://www.france24.com/es/minuto-a-minuto/20201107-victoria-de-biden-marca-un-rev%C3%A9s-para-bolsonaro-el-trump-tropical-de-brasil
13. Araújo, Ernesto. (2019). Discurso do Embaixador Ernesto Araújo na cerimônia de posse como Ministro das Relações Exteriores. Recuperado de: https://www.gov.br/funag/pt-br/centrais-de-conteudo/politica-externa-brasileira/discurso-do-embaixador-ernesto-araujo-na-cerimonia-de-posse-como-ministro-das-relacoes-exteriores-em-brasilia-02-01-2019
14. Doval Pereyra, Gisela. (2019). Giro a la Derecha y Política Exterior Brasileña en tiempos de Bolsonaro. (P. 61).
15. Filosofía&co. (2018). Utilitarismo, la filosofía práctica de Jeremy Bentham. Recuperado de: https://www.filco.es/utilitarismo-filosofia-de-bentham/
16. Bolsonaro, Jair Messias. (2018). O caminho da prosperidade. Proposta de plano de governo. (P.79). Recuperado de: https://divulgacandcontas.tse.jus.br/candidaturas/oficial/2018/BR/BR/2022802018/280000614517/proposta_1534284632231.pdf
17. AA. (2019). Bolsonaro culminó su visita a China con la firma de 25 acuerdos. Recuperado de: https://www.aa.com.tr/es/econom%C3%ADa/bolsonaro-culmin%C3%B3-su-visita-a-china-con-la-firma-de-25-acuerdos/1626661
18. Puente. (2021). Brasil: Bolsonaro afirma que el agronegocio del país es solución para el mundo. Recuperado de: https://www.puentenet.com/contenido/noticias/brasil-bolsonaro-afirma-que-agronegocio-del-pais
19. La Nación. (2018). Bolsonaro insiste en abandonar el Acuerdo de París. Recuperado de: https://www.lanacion.com.ar/el-mundo/bolsonaro-insiste-en-abandonar-el-acuerdo-de-paris-nid2197794/
20. Telam Digital. (2021). Brasil llega como villano ambiental y en busca de créditos para preservar la Amazonia. Recuperado de: https://www.telam.com.ar/notas/202110/573096-brasil-bolsaonaro-cumbre-ambiental-villano.html
21. France24. (2021). Brasil: Bolsonaro reemplazó a seis ministros, su reforma más amplia en dos años de gobierno. Recuperado de: https://www.france24.com/es/am%C3%A9rica-latina/20210329-brasil-renuncias-canciller-araujo-ministro-defensa-azevedo-bolsonaro
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