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La necesidad de una nueva política para superar la polarización ideológica

Actualizado: 20 sept 2022

Por Mg. Luciano E. Bizin (Doctorando en Filosofía)





"La necesidad de una nueva política para superar la polarización ideológica que dificulta la integración regional: aportes para una filosofía política inculturada en la sabiduría popular latinoamericana"


En este artículos nos proponemos explicitar la necesidad de pensar una nueva política regional capaz de superar el esquema de polarización ideológica que atraviesa de manera transversal a toda América Latina. En nuestros días este esquema ideomaterial está dificultando el dinamismo propio de los diversos procesos de integración que la sabiduría de los pueblos de la región ha dado a luz a lo largo de los siglos XX y XXI (MERCOSUR, CAN, CARICOM, UNASUR, SICA, ALBA, Alianza del Pacífico y CELAC).[1]


Entendiendo que la pandemia del COVID-19 ha profundizado el grado de injusticia social presente en Latinoamérica (CEPAL, 2021),[2] y que la situación sanitaria y económica que nos aqueja ha mostrado la necesidad esencial de fortalecer los lazos de cooperación internacional y los procesos de integración regional como camino hacia el desarrollo integral, resulta mandatorio como latinoamericanos, pensar una nueva configuración ideomaterial del poder, a fin de superar el esquema de polarización ideológica que hoy configura los elementos políticos, económicos y sociales de los pueblos de América Latina.


Si bien dichas ideologías se manifiestan actualmente con sus propias particularidades -no siempre homologables-, debe notarse que ambos modos de concebir la realidad, y el juego de relaciones que en esta se dan, guardan una racionalidad intrínseca que habilita la exclusión del otro, sobre la base de una auto-percepción de absolutidad en la interpretación de la verdad (cfr. tensiones entre chavistas y anti-chavistas en Venezuela, moralistas o masistas y anti-moralistas o anti-masistas en Bolivia, correistas y anti-correistas en Ecuador, kirchneristas y anti-kirchneristas en Argentina, siendo un caso extremo, y reciente al mes de junio de 2021, entre orteguistas y anti-orteguistas en Nicaragua).[3]

En la actualidad, esto resulta aún más problemático, dado que el avance y la exclusión de la alteridad proviene desde ambos lados de la polarización ideológica, es decir, tanto de los sectores más alineados con la derecha (ej. gobiernos miembros del Grupo de Lima) como de los sectores más cercanos al pensamiento de izquierda (ej. gobiernos miembros del Grupo de Puebla).

Los últimos años nos han mostrado al menos dos cuestiones de relevancia acerca del dinamismo de polarización ideológica en Latinoamérica: la primera, la descalificación y reducción del discurso del opositor como modo argumental (Solano, 2021); la segunda, que ninguno de ambos grupo de actores ha sido capaz de llevar -en el tiempo- a los pueblos de la región por las sendas del desarrollo sostenible (CEPAL, 2021).[4]


Esto nos lleva a pensar en la necesidad de buscar una nueva política regional que sea capaz de integrar al que piensa distinto. En este sentido, a lo largo de una serie de tres artículos, nos proponemos esbozar las bases de una nueva política para la región que sea capaz de superar la polarización ideológica que existe en Latinoamérica y así favorecer el dinamismo de los procesos de integración ya vigentes en América Latina.


Comprendiendo que toda ideología política encuentra su fundamento en el marco hermenéutico de una determinada filosofía política, y que esta última, a su vez, en el horizonte de interpretación de un marco filosófico más amplio, estos artículos buscarán aportar algo de luminosidad sobre las siguientes temáticas: i) la necesidad de una nueva filosofía política inculturada en la sabiduría popular latinoamericana (presente artículo), ii) los principios fundamentales de una filosofía política inculturada en América Latina (segundo artículo), y iii) los principales rasgos de la nueva política que la región necesita para superar la polarización ideológica actual y favorecer sus procesos de integración (tercer artículo).


La filosofía intercultural con base en la sabiduría popular latinoamericana

A continuación presentaremos los principales contenidos y la forma de razonamiento de una filosofía inculturada en la sabiduría popular Latinoamericana que, a nuestro entender, dará sustento a una filosofía política (segundo artículo) capaz de fundamentar una nueva teoría política (tercer artículo) que respete la unidad en la pluralidad.[5]


La filosofía inculturada se debe entender como una rama de la filosofía de la liberación (Fresia, 2020, p. 31). Su gran referente ha sido el jesuita Juan Carlos Scannone, quien ha desarrollado y/o profundizado los principales elementos de este modo de filosofar, a partir de los aportes de y/o en diálogo con filósofos argentinos y de la región tales como Rodolfo Kusch, Carlos Cullen, Mario Casalla, Jon Sobrino, entre otros; y con filósofos de renombre internacional tales como Edmund Husserl, Martin Heidegger, Paul Ricoeur, Emmanuel Levinas, Jean Luc Marion, Martin Buber, etc (Fresia, 2020, pp. 40-41).


Una de las obras más loables acerca de la filosofía inculturada ha sido: Un nuevo punto de partida para la filosofía latinoamericana, escrita por el propio J. C. Scannone (1990). En este texto se explicita cuál es el nuevo punto de partida a partir del cual se debe pensar una filosofía desde América Latina que sepa respetar el modo de pensar propio de la región, pero sin dejar de ser filosofía. La respuesta de J. C. Scannone fue contundente: el nuevo punto de partida para pensar una filosofía latinoamericana es el “nosotros estamos en la tierra” (Scannone, 1990, p. 21), o análogamente, la sabiduría popular de los pueblos de América Latina (Scannone, 1990, p. 90).[6]


Dicho esto, y por la necesidad de pensar una nueva teoría política construida sobre las bases de un filosofía política inculturada en Latinoamérica (pensando desde América Latina sus propios problemas y no desde marcos conceptuales foráneos), en lo que sigue daremos cuenta de: i) qué se debe entender por sabiduría popular, ii) cuál es su modo de articulación de los elementos que la componen, y iii) cómo esta debe ser traducida en saber filosófico (universal, idéntico y necesario), y por lo tanto, traspuesta a conocimiento científico (política) sin perder su especificidad sapiencial (sabor de la vida).


La sabiduría popular como punto de partida de la filosofía inculturada

Siguiendo el pensamiento de Juan Carlos Scannone, la sabiduría popular de los pueblos latinoamericanos debe ser comprendida como un conocimiento global acerca del mundo, del ser humano y de lo Absoluto (Dios, lo numinoso, lo divino), a saber, un conocimiento que guarda su propia racionalidad (distinta a la racionalidad analítico funcionalista que dinamiza el liberalismo y de la racionalidad dialéctica que dinamiza al colectivismo y sus variantes populistas) (Scannone, 1990, p. 75).[7] Se podría decir, que la sabiduría popular es la respuesta del nosotros-pueblo a los grandes interrogantes de la existencia humana (Scannone, 1990, p. 77).


Es cierto que es un saber no científico, pero esto no lo hace un saber ingenuo. A diferencia de la filosofía y la ciencia moderna, cuyos elementos de expresión, y por lo tanto, su forma de articulación, es el concepto y la argumentación, en la sabiduría popular su elemento propio es el símbolo (narraciones, ritos, mitos, símbolos), y su modo de articulación, la plasmación, la imaginación, la narración de historias, la vivencia de las costumbres, el obrar de los ritos, entre otros (Scannone, 1982, p. 318).


¿Significa lo anterior que la sabiduría popular no presenta normatividad alguna, o que no posee discernimiento crítico? No. La sabiduría popular sí presenta una normatividad y un discernimiento crítico propio, el del “olfato” de carácter pre-filosófico, el de la intuición que da la experiencia de vida y de la prudencia que se distingue del discernimiento crítico auto-consciente, reflexivo y metódico de la filosofía como disciplina (Scannone, 1984, p. 75).


Según el propio J. C. Scannone -citando el Documento de Puebla, que según él, realiza una interpretación autorizada de la sabiduría popular latinoamericana (no por su valor teológico)-, este término posee un sentido de contemplación (y no de techne moderna), un sentido de fiesta, trabajo, solidaridad, amistad, parentesco y sentido de dignidad humana, a pesar de la vida pobre y sencilla que vive una gran cantidad de latinoamericanos (DP, 413). Si seguimos el camino de esta descripción encontraremos las bases para pensar una senda de superación de la polarización ideológica en América Latina, y una nueva justificación experiencial (pre-filosófica) de los diversos mecanismos de integración regional acontecidos a lo largo de los siglos XX y XXI.


En segunda instancia, referenciamos que el modo de articulación elemental de esta sabiduría es la de realizar síntesis vitales, la cuales, son capaces de guardar la identidad en la pluralidad y la pluralidad en la identidad (Scannone, 1990, p. 78). La sabiduría popular responde a los grandes interrogantes de la existencia humana conllevando creadoramente los opuestos sin separación alguna (no como el “ser” y “no ser” en Parménides -fundamento del pensamiento analítico-, ni tampoco según el dinamismo reduccionista de la dialéctica de la negación de la negación de Hegel/Marx). Es mediante la generación de síntesis vitales que los pueblos de América Latina resuelven las tensiones entre los opuestos de la vida.[8]

Una filosofía inculturada en la sabiduría popular latinoamericana

La pregunta que queda por responder es la siguiente: ¿cómo es posible trasponer las síntesis vitales de la sabiduría popular (del orden de la vida, y expresadas en símbolos -religiosos, artísticos, etc-, y en las relaciones inter-personales entre el yo-tu-él y el Él, en el pueblo ético y religioso), al orden del concepto y del pensamiento especulativo propio de la filosofía y las ciencias modernas? La respuesta es la analogía (repensada en relación con la dialéctica, Scannone, 1990, p. 84, nota al pie 16), cuya lógica (la analéctica), respeta el ritmo y la estructura del símbolo, a saber, el elemento principal de la sabiduría popular.


En definitiva podremos decir que una filosofía inculturada en la sabiduría popular latinoamericana será realmente tal si logra: i) pensar analógicamente (luego diremos ana- lécticamente) las síntesis vitales que el símbolo le da para pensar -como respuesta a los grandes interrogantes de la existencia-, y ii) respetar el cómo este se las da para pensar (según la forma propia del símbolo -unidad diferenciada- que se vivencia, se intuye, se siente con el corazón, se “olfatea” como reflexión pre-filosófica).


En otras palabras, una filosofía política inculturada en la sabiduría popular latinoamericana será realmente un filosofía propia de América Latina (universal situada en su extensión), si logra pensar analécticamente la estructuración y el dinamismo del poder en la región desde las síntesis vitales que la sabiduría popular de los pueblos locales da para pensar como conocimiento (logos sapiencial) ético (saber vital del nosotros que se interrelaciona entre sí) y religioso (saber vital del nosotros que se interrelaciona con lo trascendente y la tierra -dimensión uránica y ctónica-).[9]

Creemos que solo una política que se enraíce en una filosofía política de este estilo será capaz de superar las injusticias y las violencias que generan en los nosotros-pueblos de la región las ideologías modernas del liberalismo y el colectivismo marxista (incluidos los populismos) herederas del racionalismo moderno (físico-matemático) de corte cuantitativo, unívoco, analítico, uniformante, y operativo-eficientista que divide o reduce a su mínima expresión, la diferencia (Scannone, 199, p. 79).

Bibliografía

Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) (2021). Profundizar la integración regional debe ser un componente esencial de cualquier estrategia de salida a la crisis para avanzar hacia un comercio más sostenible y resiliente (LVI Reunión Ordinaria del Consejo del Mercado Común del MERCOSUR). Obtenido de (online 13-06-2021): https://www.cepal.org/es/comunicados/profundizar-la-integracion-regional-debe-ser-un-componente-esencial-cualquier-estrategia


(2021). Panorama Social de América Latina, 2020 (LC/PUB.2021/2-P/Rev.1), Naciones Unidas: Santiago.


Cullen, C. (1978), Fenomenología de la crisis moral. Sabiduría de la experiencia de los pueblos. Castañeda: Buenos Aires.


Francisco (2020). Fratelli Tutti (Encíclica). Obtenido de (online 13-06-2021):https://www.vatican.va/content/francesco/es/encyclicals/documents/papa-francesco_20201003_enciclica-fratelli-tutti.html


Fresia, I. A. (2020). Estar con lo sagrado: Kusch y Scannone en diálogo sobre pueblo, cultura y religión. Ciccus: Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


Ricoeur, P. (1996). Historia y verdad. Fondo de Cultura Económica: Madrid.


Scannone, J. C. (1982). “Sabiduría, filosofía e inculturación. La contribución de la analogía en un filosofar desde la sabiduría popular latinoamericana”. En Stromata, nº 38, pp. 317-327.


(1984). Sabiduría popular, símbolo y filosofía: diálogo intergeneracional en torno de una interpretación latinoamericana. Guadalupe: Buenos Aires.


(1990). Nuevo punto de partida en la filosofía latinoamericana. Guadalupe: Buenos Aires.


Solano, E. (2021). El auge del discurso del odio en Latinoamérica (entrevista por Xavier Rodriguez Franco, 15 mayo 2021). Obtenido de (online 13-06-2021): https://latinoamerica21.com/podcast/el-auge-del-discurso-de-odio-en-latinoamerica/



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[1] Solo a modo de ejemplo se recuerda las discrepancias políticas -de repercusión internacional- ocurridas en la reunión de mandatarios del MERCOSUR con ocasión de su 30° Aniversario, en marzo del 2021.

[2] “En 2020, se proyecta que la tasa de pobreza extrema se situaría en un 12,5% y la tasa de pobreza alcanzaría el 33,7%. Ello supondría que el total de personas pobres ascendería a 209 millones a finales de 2020, 22 millones de personas más que el año anterior. De ese total, 78 millones de personas se encontrarían en situación de pobreza extrema, 8 millones más que en 2019 (véase el gráfico 1)” (p.73).

[3] Notar que una referencia similar ya se encontraba en Scannone, J. C. (1990). Un nuevo punto de partida en la filosofía latinoamericana. Guadalupe: Buenos Aires, p. 81, en donde se expresa las características que debe tener una filosofía latinoamericana inculturada en la sabiduría popular.

[4] “En el sexenio 2014-2019, el PIB de América Latina y el Caribe había crecido en promedio tan solo un 0,3% por año (CEPAL, 2020a). En América Latina, el porcentaje de pobreza extrema había aumentado del 7,8% al 11,3% de la población y la pobreza, del 27,8% al 30,5% (véase el gráfico 1)” (p. 14).

[5] Consideramos como un aporte fundamental para estos artículos el contenido del cap. quinto de la Encíclica Fratelli Tutti (Francisco, 2020). Cabe destacar que no lo recomendamos por su contenido teológico sino en tanto interpretación de una autoridad del pensamiento en la materia.

[6] Muchas veces confundida con una suerte de doxa (mera opinión) en contraposición al saber científico y filosófico fundado en la distinción entre “ser” y “no ser” (Fresia, 2020, p. 78).

[7] La sabiduría popular debe ser entendida como el núcleo de la cultura de un pueblo (Cullen, 1978; Ricoeur, 1990, p. 256) -sujeto de la sabiduría popular- acerca de la vida y de la muerte, y como tal, su fin último y primer principio de interpretación y acción (ético) sobre la tierra en la que habita (geo-cultura).

[8] Por ejemplo: alma y cuerpo, individuo y comunidad, ser humano y naturaleza, ser humano pobre ontológicamente considerado y lo Absoluto, etc. La sabiduría popular no procede según una racionalidad analítica (que distingue y configura la realidad según el principio de no contradicción propio de la distinción entre el “ser” y “nada”) ni dialéctica (que sintetiza los opuestos reduciendo sus diferencias) sino sapiencial (existencial), la cual, no se da en el orden del concepto sino del símbolo, y por lo tanto, une sin separar.


[9] Paul Ricoeur (1990 [1955]), en Historia y verdad, afirma que los pueblos poseen un núcleo ético-mítico (p. 256). Scannone, retomando el pensamiento de Ricoeur, hablará de un núcleo ético-religioso (1990, p. 79).

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