Por Ramses Richani
Dentro de las diversas formas en las que se puede adquirir armamento hay una en particular que en la última década ha presenciado un ascenso exponencial: la compra y venta en la deep web. Estos son espacios de difícil acceso dentro de la red y que a partir de las últimas dos décadas se han utilizado para el comercio clandestino, aprovechándose de las lagunas legislativas de los distintos países.

En los últimos años, una nueva mecánica ha crecido en estos espacios, y es la divulgación y comercialización de planos de armas para impresoras 3D. La tecnología que surgió hace algunos años permite hoy en día crear un arma letal completamente funcional utilizando ciertos componentes de acero, ya sean de un arma real o de fabricación artesanal.
Esto introduce un nuevo objetivo y, por ende, un nuevo peligro para los organismos de regulación de armamentos: las armas fabricadas a través de la impresión 3D. Los antecedentes del armamento impreso provienen del 2013 con una pistola semi-automática llamada Liberato, pero debido a las presiones del gobierno norteamericano y al ser un modelo repleto de fallas, no causó un fuerte impacto dentro de los espacios online.
El desarrollo de armamento impreso no presenció ninguna innovación importante hasta mediados de 2020 aproximadamente, cuando desde los espacios del grupo Deterrence Dispensed —creado en 2019 en honor al grupo Liberator— y de la mano de Jstark, desarrollaron el FGC-9, el primer fusil semi-automático de calibre 9 milímetros creado con impresoras 3D completamente funcional. Este fusil significó una revolución en el mercado armamentista, al conocerse del uso adicional que se le puede dar a las impresoras 3D, y al acceso relativamente sencillo de los planos, esta arma terminó formando parte de múltiples zonas de conflicto como también llegó a manos de grupos del crimen organizado ya que eran imposibles de rastrear.
Hoy en día, no llega a ser necesario que los criminales acudan al mercado negro para adquirir un arma, únicamente con tener una impresora 3D, y ubicar los materiales necesarios en acero o las piezas de armas que no sirven, es más que suficiente para utilizar un arma imposible de detectar para las fuerzas de seguridad locales.
Pero esto no solo es funcional para los criminales, abre otro abanico de posibilidades para los vendedores de armamento en el mercado negro en el que el riesgo y el costo de traer armas de otro país se elimina de la ecuación, por lo que lo único que tienen que supervisar es la fabricación y la distribución de las impresiones de las armas.
En un momento donde las libertades y flexibilizaciones en materia de posesión de armas se presentaron en aumento en el Brasil de Bolsonaro, surgen nuevas preocupaciones que se extienden en la región. En este caso es la comercialización de armas fabricadas con impresoras 3D y miembros de esta "familia tecnológica".
Esta preferencia se ha visto en casos como en el reciente desmantelamiento de un grupo de traficantes de armas brasileños, que importaban desde Miami, Estados Unidos y las ensamblan en Brasil con la impresión de las partes restantes [1] y con el uso tanto de impresora 3D como de fresadoras portátiles, para después ser vendidas a bandas organizadas y grupos narcotraficantes dentro del país o a los demás grupos delictivos del continente.
La preferencia de las armas de fuego impresas no pasa únicamente por el crimen organizado, puesto que ha pasado a ser una opción mucho más valiosa para militantes de ideologías extremistas que residen en países donde es ilegal adquirir un arma de fuego o, en caso de que sea posible, es requerida con una gran cantidad de permisos. También en zonas de conflicto político-militar como en Hong Kong, Birmania o hasta en la zona de Donbass, han hecho presencia las armas impresas, particularmente la FGC-9.
Si bien por ahora la impresión de armamento no es una amenaza, no resta los potenciales riesgos que depararan para el futuro. Con la constante innovación y desarrollo, la reducción de los costos de las impresoras y sus materiales, la facilidad con la que se encuentran los planos de las armas en la red y los escasos esfuerzos gubernamentales de afrontar políticas de monitoreo y regulación de este tipo de equipos y armamentos, el futuro cercano traerá a la mesa nuevas formas de ver el comercio de armamentos y de visualizar las leyes en materia de regulación de armas.
Referencias bibliográficas
[1] https://es.insightcrime.org/noticias/traficantes-armas-brasil-fabricaban-partes-tecnologia-p ortatil/
[2] https://www.clarin.com/mundo/impresion-armas-3d-fantasia-amenaza-real-_0_3rX77lQ1F 8.html
[3] https://mundocontact.com/impresora-3d-produce-armamento-semiautomatico-en-casa/
[4] https://www.lasexta.com/programas/mas-vale-tarde/armas-fabricadas-impresoras-3d-para metros-armas-reales-nueva-amenaza-seguridad_2022081162f531303ef61200013f2315.htm l
[5] https://empresas.blogthinkbig.com/el-lado-oscuro-impresion-3d-ii/
[6] https://blog.elevenpaths.com/2019/02/el-lado-oscuro-impresion-3d-I.html
[7] https://atalayar.com/en/node/28766
Edición Lucía Chico