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Entrevista a Carlos Regúnaga “La Argentina en el plano regional va a poder desempeñar un papel prota

El analista político brindó una entrevista exclusiva al grupo Estela Sur en donde brindó su opinión sobre la relación entre Estados Unidos y Latinoamérica

Carlos Regúnaga ha escrito numerosos artículos sobre la realidad argentina y la relación bilateral Argentina-Estados Unidos, y sus conocimientos en el área lo vuelven una de las voces más calificadas a la hora de analizar las relaciones en la región. En una entrevista en exclusiva con Estela Sur, brindó su opinión sobre diferentes aspectos de la relación entre el país norteamericano y América Latina.

Mercedes Renó: Para Usted, ¿qué significó la visita de Obama hace unos meses a la región?

Carlos Regúnaga: Se pueden encontrar diferentes significados. Por un lado, para Obama presentó la posibilidad de mostrar resultados antes de terminar su segundo mandato, cuando por diversas razones, no había logrado nada con América Latina. Durante su presidencia estuvo concentrado en otras zonas geográficas y en asuntos internos y América Latina tenía muy baja prioridad, incluso sectores de su propio partido se quejaban de que no hubiese una política clara hacia Latinoamérica. Para él significó hacer cosas muy concretas e importantes antes de irse.

Por otro lado, desde el punto de vista de la región el acercamiento con Cuba es el último paso para terminar con la Guerra Fría, una situación que es un resabio de aquella época y algo que para el resto del mundo terminó hace muchos años. Uno puede lamentar que Cuba siga siendo una dictadura y que siga sin respetar los DDHH, pero lo real y cierto es que hay muchos países donde los DDHH no se respetan y EE.UU. tiene buena relación con ellos e incluso son aliados, y este situación ya no tenía explicación. Además, como han destacado muchos expertos en el caso, el embargo y las sanciones de EE.UU. a Cuba ayudaban a los Castro a justificar frente a su población lo que en realidad eran fracasos propios del sistema. Cuba evidentemente no pudo hacer funcionar el comunismo, y al igual que otros países con el mismo régimen, pareciera que está de a poco moviéndose hacia el capitalismo. Raúl Castro probablemente quisiera una evolución similar a la que hace China: mantener una dictadura de partido único pero tener una economía que se acerque gradualmente al capitalismo.

Con respecto a la Argentina, yo creo que es una decisión que permite de alguna manera señalar el beneplácito de EE.UU. por los cambios tan drásticos que están pasando en el país. Me parece que es al revés del caso cubano: mientras en Cuba -sin que haya demasiados cambios- se busca acelerar los mismos con la visita, aquí la decisión de venir tan rápidamente premia una modificación de 180 grados en cuanto a la orientación internacional del país. Todavía faltan muchas cosas en materia económica por hacer, pero la orientación es clara y creo que Obama no quiso perder la oportunidad de reconocerla.

MR: En los últimos meses la región atravesó varios sacudones: entre la crisis económica y política en Venezuela, la elección de Macri en Argentina, el impeachment a Dilma, el restablecimiento de las relaciones entre EEUU y Cuba ¿Cómo cree que este nuevo contexto va a impactar en la dinámica de los organismos regionales? Por ejemplo, ¿Se podría pensar en un fortalecimiento de la OEA en detrimento de la CELAC?

CR: Sí, creo que sí porque en general los regímenes populistas que primaron en América Latina hasta hace muy poco tendían a ver con malos ojos a la OEA y a buscar a otro tipo de alineamiento. Yo creo que ninguna organización va a disolverse, pero se va a revalorizar la OEA que tiene una tradición mucho más fuerte, más importante que cualquiera de los otros agrupamientos y que, además, sirve para tener un vehículo, un canal de comunicación con la primera potencia del mundo. No se aprecia la importancia que tiene eso, porque uno podrá estar de acuerdo o en desacuerdo con las políticas que aplica EE.UU. pero hay conflictos que son inevitables y me atrevo a decir que cuanto mayor es la relación entre dos países o dos regiones, mayores son las oportunidades de conflictos. Estas disputas tienen que canalizarse pacíficamente y razonablemente y para eso tener canales de comunicación fluidos es esencial. La OEA tiene toda una tradición, una estructura e incluso una organización jurídica e instrumentos que no hay que desperdiciar.

MR: En este nuevo contexto político ¿Cree que EE.UU. ve a nuestro país con un rol político clave como para liderar o apuntalar esta nueva era en las relaciones con Latinoamérica? ¿Esperan  que Argentina se convierta ahora en un socio clave de EE.UU. en la región?

CR: Yo creo que no hay que exagerar. Latinoamérica en su conjunto siempre tuvo y tiene poca prioridad en los EE.UU. y esto se puede explicar de una manera muy cínica si uno quiere. Como América Latina no puede representar una amenaza a la existencia de EE.UU. entonces tiene poca prioridad. Los países que pueden realmente amenazar la seguridad de EE.UU. logran estar en el foco de atención de los que manejan la política norteamericana. Por lo tanto, la política latinoamericana está siempre en la marginalidad y teniendo en cuenta eso, sí diría que la Argentina en el plano regional va a poder desempeñar un papel protagónico, un papel que creo que tuvimos en la década del noventa. La participación de la Argentina en el bloqueo del Golfo nos dio una visibilidad para ciertos sectores importantes de EE.UU., y eso ayudó además a que la implementación de medidas de apertura de la economía, privatizaciones y desregulaciones atrajeran muchas inversiones y que la Argentina se convirtiera en un aliado extra NATO prácticamente sin haber hecho más que eso. Esto existe todavía y de ninguna manera hay que desperdiciarlo porque para un país que no puede ni quiere gastar mucho en defensa ser aliado de la primera potencia mundial es la solución más barata que puede existir. Además, nuestras fuerzas armadas y de seguridad requieren mucho equipamiento y puede ser más fácil y barato adquirirlos gracias a esa calificación, que yo diría, es bastante poco merecida. Los regímenes populistas no entienden estas ventajas.

MR: En lo que respecta al ámbito económico, EE.UU. ha dado muestras de querer intensificar lazos comerciales con la región. Teniendo en cuenta esto, ¿Cuán incómoda es la presencia de Rusia y China en Latinoamérica?

CR: No creo que les afecte mucho. En primer lugar, los lazos económicos en un país como EE.UU. los genera el sector privado. La visita del presidente y los gestos públicos sólo llaman la atención. Cuando Obama vino al país viajó con 400 empresarios; en última instancia son estos empresarios los que van a  decidir invertir o no en la Argentina en función de una cantidad enorme de factores. En primer lugar, la situación en la Argentina, la seguridad jurídica y los esquemas regulatorios. En segundo lugar, las relaciones con otros posibles mercados o localizaciones de inversiones, porque siempre competimos con otras posibilidades. Cuando una multinacional tiene  que tomar la decisión de invertir, los presidentes de subsidiarias o gerentes generales de distintas sucursales en distintas partes del mundo presentan proyectos y el directorio tiene que elegir. Aunque tenga una suma muy importante de dinero tiene que elegir porque los recursos son limitados y los proyectos se deciden en función de ventajas comparativas de una localización u otra. Lo mismo pasa con el comercio: se compra donde conviene y esto no lo decide ni Obama, ni el próximo presidente, ni los europeos.

MR: ¿Cree que en Argentina puede darse un escenario de competencia de inversiones con China como algunos sostienen está pasando en Cuba en algunas áreas de la economía? Me refiero a la competencia entre empresas chinas y norteamericanas en determinadas áreas.

CR: Claro que sí, pero esto significa simplemente que aparecen nuevos actores y nuevos posibles inversores, además en la Argentina hay tanto por hacer que va a haber lugar para todos y aun así nos vamos a quedar cortos.  En los últimos años las únicas inversiones que parecían que podían avanzar – y que tampoco avanzaron mucho por problemas burocráticos y de la administración anterior que las demoraron – eran las chinas. Si había que construir represas en Santa Cruz los únicos interesados eran los chinos – por los acuerdos que el gobierno había firmado con el gobierno se ese país – mientras que las empresas de países capitalistas no se presentaban porque no eran competitivas o porque no tenían siquiera la posibilidad de hacerlo. Lo mismo pasaba con las centrales nucleares. En un contexto de mayor transparencia y de seguridad jurídica evidentemente habrá licitaciones y se podrán presentar empresas chinas pero también estadounidenses y europeas. Eso no es un gran problema porque una vez ganaran unos y otras veces otros, pero lo importante es hacer una cantidad de cosas en la República Argentina y me parece que todavía necesitamos muchísima inversión.

MR: Para finalizar, con las elecciones presidenciales a sólo unos meses ¿Cómo cree que impactaría un triunfo de Trump o de Clinton en la política de EE.UU. hacia Latinoamérica?

CR: No lo conozco a Trump y su verdadero pensamiento es una incógnita. Ha hecho una campaña comparativamente no tradicional respecto de lo que suelen ser las campañas en EE.UU., con declaraciones explosivas que más vale me parece que han sido una técnica para llamar la atención respecto de la candidatura de alguien que no tenía ninguna base sólida en la estructura  del partido. Esto le permitió polarizar con el resto de los candidatos republicanos y lograr apoyo entre los ciudadanos que se ven atraídos por su discurso tan particular, pero yo creo que EE.UU. es un país donde priman las instituciones y donde ningún presidente tiene la posibilidad de cambiar de forma tan absoluta lo que se hace. Por otro lado, me parece que América Latina no tiene demasiada transcendencia, lo que se ha hablado en la campaña es más bien el tema migratorio que afecta a Méjico y al Caribe, pero no tanto a Sudamérica. A mí me parece que no va a haber demasiados cambios. Además, los republicanos son más partidarios del libre comercio, mientras que los demócratas tienen una fuerte influencia sindical y esto los hace más proteccionistas. Por lo tanto, si queremos una apertura del mercado estadounidense en algunos rubros que aún están cerrados, creo que es más fácil trabajar con el partido republicano que con el demócrata. En la Argentina todos pretenden simpatizar más con el partido demócrata, al menos desde la época de Kennedy, pero en realidad yo no diría que en el plano económico nos han perjudicado más los republicanos que los demócratas y me parece que los republicanos pueden ser más abiertos en materia comercial.

Con respecto a Hillary, ella representa el núcleo del partido demócrata y va a seguir las políticas tradicionales, no creo que vaya a hacer un cambio muy grande.

MR: Tema narcotráfico. Siendo una de las grandes áreas donde se propuso la cooperación con EE.UU. y siendo un tema tan estratégico para nosotros ahora ¿Qué posibilidades reales cree que va a haber de cooperación en esta área? O ¿Cuál cree que va a ser la actitud de EE.UU. para cooperar con Argentina en narcotráfico?

Estoy convencido de  que va a ser total. Aún en momentos del populismo, EE.UU. ha estado dispuesto a ayudar en ese campo y si no se hizo fue porque el gobierno anterior no lo quiso. Esta es una de las grandes prioridades de EE.UU. Respecto a problemáticas, Latinoamérica para ellos es migraciones, narcotráfico y no proliferación nuclear, y son cuestiones que siempre están dispuestos a conversar. La Argentina, aún en los momentos de mayores roces con EE.UU., ha utilizado estos temas como elementos que nos abrían puertas, y en esos campos sí nos han dado y nos dan prioridad porque tenemos una muy buena historia como país.

Breve BIO

Carlos Regúnaga es Director de la oficina de la Argentina del Center for Strategic and International Studies (CSIS) y responsable del área de Estudios Internacionales y de Integración Científica y Cultural del Instituto Amílcar Argüelles de la Academia Nacional de Ciencias de Buenos Aires. Regúnaga ha escrito numerosos artículos sobre la realidad argentina y la relación bilateral Argentina-Estados Unidos, y continuamente coordina delegaciones líderes argentinos y de otros países sudamericanos para que tomen contacto con sus contrapartes en Washington, D.C. como parte de un programa de fortalecimiento institucional. Ha sido asesor en la presidencia de la Nación Argentina y jefe de gabinete del secretario de comercio. Regúnaga también adquirió experiencia en el sector privado como asesor jurídico y miembro del directorio de varias empresas. Obtuvo su título de abogado en la Universidad de Buenos Aires y realizó estudios de posgrado en la Universidad de Nueva York, la Universidad de Princeton y la Universidad de Buenos Aires y ha sido profesor en esta universidad, en la de Belgrano, en la UCES y en la Universidad Luterana do Brasil. Es caballero comendador de la Orden Ecuestre del Santo Sepulcro de Jerusalén.

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