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El objetivo democrático argentino

Por GEPED (Grupo de Estudios para el Desarrollo)

 

Un objetivo que debería ser común para todas las naciones es la construcción de una comunidad armónica, y la Argentina no es la excepción a la regla. Para lograr esto, se puso en marcha la Misión Kairós, que es un sistema metódico donde se analiza el estado actual del país y los pasos a seguir para alcanzar la concreción de dicho objetivo.


Cuando pensamos en una comunidad armónica, partimos por establecer cinco metas principales: una fuerte democracia a nivel nacional, democracia en toda la extensión del territorio argentino, la garantía en cuanto a la confianza en el gobierno de una amplia coalición popular, maximización en la igualdad de ingresos y, por último, un sistema de justicia igualitario.


A continuación, pasaremos a hacer un análisis de la situación actual de la Argentina tomando como referencia estos objetivos.


Argentina y una fuerte democracia a nivel nacional


El valor de la democracia está enraizado a la historia contemporánea de nuestro país, no solo por la capacidad de celebrar elecciones competitivas para elegir gobernantes sino, más importante, por la percepción de igualdad absoluta en la mutua condición de ciudadano. Ese es el verdadero espíritu democrático.

En el siguiente cuadro se realiza un análisis cuantitativo del concepto de “democracia” mediante el proyecto Varieties of Democracy (o V-Dem), que busca analizar la democracia desde distintos componentes como los son el liberal, el igualitario, el participativo y el deliberativo. El Liberal Democracy Index (LDI) agrupa las cuatro dimensiones previamente mencionadas. Argentina posee un LDI de 0,66 que lo posiciona por debajo de nuestros vecinos Uruguay y Chile, a pesar del gran peso que tiene la democracia en la historia argentina.


El objetivo nacional es alcanzar el puntaje uruguayo de 0,76 en 5 años para luego convertirse, en 10 años, en el país más democrático de la región alcanzando a Australia con sus 0,81 puntos.


Veamos los datos:

Argentina y Uruguay hoy (Arg. 5 años) y Australia hoy (Arg. 10 años)


Democracia en toda la extensión del territorio argentino


La democracia es elemental y no solo a nivel nacional. En Estados federales como el argentino, es fundamental demandar que los gobernantes provinciales sean tan democráticos como los nacionales, o quizás más aún. Esto implica que la existencia de sólidas democracias subnacionales es condición necesaria para una comunidad verdaderamente armónica y con ciudadanos comprometidos con el Estado.

Utilizaremos el indicador llamado Índice de Democracias Subnacionales desarrollado por el investigador Carlos Gervasoni de UTDT. Este indicador investiga el Estado democrático de Argentina comparando sus provincias. Por ello, veremos que existen provincias con 0,23/1 puntos, cuando provincias como CABA obtienen 1/1 puntos.

El objetivo a 5 años será que todas las provincias del país sean al menos tan democráticas como la provincia de Buenos Aires que posee 0,7/1 puntos en el índice. Así como también, otro de los puntos a alcanzar dentro de 10 años será que todas las provincias de nuestro país sean tan democráticas como CABA, alcanzando la máxima puntuación de 1/1 puntos.


Veamos los datos:

Garantizar la confianza en el gobierno de una amplia coalición popular


Argentina debe generar, como en 1983, consensos amplios que lancen al país a la modernidad y al siglo XXI. Estos consensos implican que una gran parte de la población confíe intensamente en el proyecto político ofrecido.

3En este caso, el indicador utilizado es el ICG, o Índice de Confianza en el Gobierno ofrecido por la UTDT. Utilizamos este indicador para lograr cuantificar hasta qué punto la sociedad confía en el gobierno y ergo en el proyecto que ese gobierno desea ofrecer. Actualmente, en una escala de 0-5, la gestión actual posee una puntuación de 1,4 puntos. En términos porcentuales esto es un 28% de confianza.


El objetivo a 5 años consiste en lograr recuperar la confianza promedio obtenida durante la gestión de Néstor Kirchner, de 2,49/5 puntos, la más alta desde que este índice tiene existencia. Asimismo, la meta a 10 años será llegar a los 3,3/5 puntos, dado que esto implicaría haber obtenido una coalición de confianza del 66% de la población; es decir, 2/3 de la totalidad.


Maximizar la igualdad de ingresos


La percepción de injusta carencia relativa solo puede ser subsanada por una igualitaria distribución de los ingresos. La verdadera justicia existiría en la distribución de bienes públicos, como lo son la educación y la salud; si la única representación física del poder social —el dinero— sea redistribuida de una manera en la que nadie sufra de injusticias absolutas.

Una estructura de ingresos igualitaria es síntoma de una sociedad con elevado PIB per cápita. Ahora, la igualdad no sucederá por sí sola mediante los instrumentos que Kuznets quiso teorizar. Es parte del proceso de modernización y del salto al desarrollo contemporáneo lograr una estructura de ingresos igualitaria.

El indicador aquí utilizado es el famoso índice de GINI, que busca comprender qué tan lejos está una sociedad de la igualdad absoluta en la distribución del ingreso. Este indicador va de 0 (máxima igualdad) a 100 (máxima desigualdad). Argentina actualmente posee 42,3 puntos.


El objetivo a 5 años será alcanzar los 40,2 puntos de Uruguay, consagrando a la Argentina como el Estado más igualitario de Latinoamérica. El objetivo a 10 años será alcanzar los 34,8 puntos que posee Rumania, país de ingresos medios (similares a Argentina) del este europeo, que más allá de su mayor nivel de ingresos per cápita, posee un destacable nivel de igualdad económica.

Poseer un sistema de justicia igualitario


Está empíricamente evidenciado que los ciudadanos discriminados por su clase o raza sufren de menor acceso a la justicia. Tener acceso a la justicia implica la posibilidad de presentar un caso frente a un juez, sin importar las condiciones estructurales que rodeen al individuo que lo presenta. Los sistemas judiciales que institucionalizan el litigio colectivo por parte de los más vulnerables tienen efectos comprobados de mejoras en la distribución de bienes públicos.

El indicador que aquí utilizamos consiste en una dimensión llamada Civil Justice desarrollado por el World Justice Project, el Rule of Law Index. Elegimos este indicador ya que logra exitosamente unificar accesibilidad física y monetaria a las cortes, información sobre potenciales remedios, acceso físico y monetario a representación legal y procedimientos sin obstáculos innecesarios físicos o lingüísticos. En esta dimensión, Argentina posee un puntaje de 0,57/1 puntos dónde “1” consiste en una mayor fortaleza.


El objetivo a 5 años será que Argentina obtenga un sistema judicial de la calidad de nuestro vecino Chile, que posee 0,63 puntos en este indicador. Además, a 10 años, Argentina debería obtener un sistema judicial más igualitario de la región, superando a Uruguay con sus 0,73 puntos.


Edición Matías Ariel Bonaparte y Lucía Chico

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